

Alejandro Mieres Bustillo
19/8/1927 – 20/2/2018
“¿Por qué pinto? Sé perfectamente el momento en que se me reveló el milagro del arte
[…] Jugaba con mi vecino Ruperto unas veces en su casa, entre los sacos de trigo, tan olorosos,
que almacenaba su padre y otras en el patio inclinado de nuestra casa, en el que estaba el taller
mecánico y garaje de mi padre en la parte de arriba. En mi memoria lo veo todo como una
película, Ruperto conociendo mi afición por dibujar, vino con un tío suyo muy joven que vivía con ellos. Se sentaron en una zona verde que bordeaba el patio, yo no entendía a qué venía su tío mayor que nosotros para que jugáramos con él. Sacó su tío un block y abriéndolo despacio y con cuidado mostraba su contenido. Yo que estaba en pie mirando por encima de su hombro quedé asombrado: sobre el papel de tono hueso había dibujado a lápiz una casa, una valla de madera y un árbol. Sobre los tonos grises y negros del grafito, unos tonos blancos que contrastaban con ellos y con el color ocre claro del papel construían un paisaje invernal que, con esos bloques de nieve en la parte alta de la casa, de la valla y del árbol, daban a todos los elementos representados un gran volumen. Yo estaba sorprendido por la sencillez con que con poco se convocaba tanta realidad, me parecía un milagro donde se conjugaba inteligencia, fuerza y delicadeza. Este fue mi flechazo por la pintura. De su mano he vivido y vivo, con tristeza unas veces y con ebullente alegría en otras. Ella me va ayudando a conocerme, a conocer a los otros, a conocer el mundo y a amar la vida tal y como es”